Tú ves es una afirmación abierta que hace Laura Daniela a su condición de daltónica, condición que ha alterado cada una de las decisiones que ha tomado durante su carrera. Sin embargo es sorprendente como de repente su texto se convierte en la oportunidad para finalmente confesar todas sus estrategias y trampas para aparentar ser una persona con una visión del color “normal”. En cada clase, cada ejercicio, cada vez que habló de su trabajo y del de sus compañeros, también había estado traduciendo cada color, cada matiz, cada sombra. Por eso es de un increíble valor que Laura finalmente haya usado su tesis para revelarnos un poco su manera de ver la vida, de cómo imagina, descifra, construye e interpreta el color.
Al llegar a la sala, vemos dos grandes diagramas de saturación de color que nos muestra los cambios y las diferencias sensibles en la percepción común y su propia percepción. Luego sobre unos listones de madera adheridos a la pared, vemos una serie de cuarenta pequeñas composiciones geométricas y abstractas impresas a color sobre vidrio que bien podrían ser parte del libro La interacción del color de Joseph Albers, con una gran diferencia, y es que los colores de cada una de estas composiciones tienen el nivel de saturación muy parecido, que a los ojos de Laura parecen el mismo. Estas composiciones fueron realizadas como experimentos para entender la transparencia, la proyección de la luz, que tanto afecta el color.
Sobre su montaje, quiero recomendar algunas sugerencias puntuales: El texto es una perfecta introducción para entender el daltonismo. La construcción de los diagramas comunican claramente las diferencias, que son tan delicadas. Sería importante que incluir un poco más cómo su entendimiento, apreciación y experimentación en la vida cotidiana: la arquitectura, el espacio, el cine, las conversaciones con su papá daltónico, los detalles, o lo que sea importante para ella. En la obra, hay una enorme diferencia entre los diagramas de saturación de color, que son piezas complementarias por lo que debieron ser mas pequeños. Las composiciones impresas sobre vidrio, que son las piezas principales, fundamentales para entender lo que nos quiere comunicar Laura, pues son su lenguaje plástico y visual, debieron ser un poco mas grandes cada una y tuvieron que ser mejor instaladas, es decir, con mas espacio en el montaje, mas visibilidad y soportes que no interfirieran tan fuertemente en imagen general del trabajo. Creo que faltó atención en el uso del espacio y los materiales de montaje.
Sin duda, creo que este es el cierre de un ciclo y la apertura de uno nuevo en la vida de Laura independientemente de lo profesional. Este puede ser el principio para construir un lenguaje visual, plástico, simbólico y espacial donde se desafíen “las maneras correctas de ver”, el funcionamiento del color y “el color bien combinado”, la armonía, “la buena composición”, que en una carrera tan estética como es la que ejercemos es tan elemental pero al mismo tiempo tan limitada. Supe que este proyecto fue resultado de una conversación despreocupada y un comentario accidental pero increíblemente oportuno durante el segundo semestre de asesorías, mientras Santiago, David y Laura hablaban de un proyecto de tesis que se aleja mucho de lo que vimos. Un bigbang. Supongo entonces, que no hubo el tiempo suficiente para que un proyecto de esta magnitud pudiera ser reflexionado ni ejecutado como Laura hubiera querido o “como se debe”. Creo que la fortuna de este proyecto finalmente se afirma en haberle dado la consideración para surgir y creo que su fuerza se asegura en la insistencia y el espacio que Laura le quiera dar en adelante, en la oportunidad de enseñarnos, de hacernos ver de una manera diferente y de despertar otras sensibilidades y formas de entender el mundo.
