El Puerto El miércoles 29 de mayo nos reunimos para revisar, discutir y evaluar el proyecto “El Puerto” de Gabriela Ariza. Planteo aquí algunas cosas que resalto tras ver “El Puerto” y algunas cosas que considero se podrían potenciar para futuras muestras o proyectos de Gabriela. Considero que el proyecto que ha puesto en marcha Gabriela aún está en curso porque su presentación, pese a cerrar un ciclo (la muestra de grado) ha planteado futuras posibilidades para explorar a nivel formal y narrativo. Esta condición de un proyecto que no se agota, que se proyecta a construir sobre los hallazgos que surgieron en su desarrollo, habla bien de la manera en la que se llevó a cabo. Este es el primer elemento que resalto. En ese sentido “El Puerto” no acarrea la idea de “perfección” la cual pongo aquí en cuestión porque considero extraño, e incluso nociva para un proyecto de arte en este contexto. Creo que algo muy bueno que puede salir de una obra es que abra puertas a otras cosas y posibilidades dentro del marco de su existencia y creo que en el proyecto de Gabriela esto es muy latente. Otra cuestión que resalto tiene que ver con las condiciones técnicas que dieron forma al proyecto. Gabriela construyó una especie de lógica formal dentro de sus animaciones y eso me parece muy interesante y de mucho valor. Una especie de “El medio es el mensaje” muy bien trabajada. Es decir, la manera en la que fueron animadas las escenas informa el interés de Gabriela por explorar maneras en las que un lugar es moldeado por las memorias familiares que alberga. Creo que este es un aspecto central del planteamiento de Gabriela y es algo que se entiende a partir de las decisiones que tomó al animar. Las animaciones no apelan al maravillamiento técnico o se insertan en un lenguaje específico, más bien se mueven entre los códigos formales y narrativos del medio que ella exploró. Resalto que para que esto sucede se requiere una disposición y apertura para identificar cómo la forma moldea el contenido. Está apertura que yo creo Gabriela tiene ha derivado en la construcción de un lenguaje que surge desde las lógicas internas de lo que se está estudiando. Un ejemplo de esto está en la manera en la que se desplaza la visión en las animaciones. Las maneras en que la vista se mueve a través del espacio en posiciones específicas. Hay fragmentos en los que la posición de la vista parece ser la de una araña, o en otra la de un fantasma lo cual me hace pensar que el visor o la posición de vista no es la de una persona que registra con la mirada un espacio sino una entidad más etérea que recorre el espacio físico desde algo distinto a un cuerpo erguido. Una especie de cabeza flotante, o una memoria con entidad. Esta visión “etérea” que es tan cercana al mundo de la visualización de espacios en renders y animaciones, o de los video juegos, es algo que Gabriela supo habitar y en la que plantea de manera muy interesante a la memoria como una entidad que construye y recorre espacios. Está idea de una memoria con visor, materializada aquí mediante la animación 3d que regularmente se usa para representar la idea de un espacio conjuga muy bien el contenido y la forma del proyecto.