Durante largas noches sentada en su sofá solo puede pensar en que los seres que uno ama tienen un ciclo, un tiempo, un momento. Se van, desaparecen.
El olvido.
El silencio. El vacío.
Quien diría que la ausencia de un ser amado lleva a cosas más complejas que simples. Quién si quiera podría pensar en la sensación del vacío. De algo que ya no está. No es y no será.
Se evita hablar, sentir, pensar.
Los sofás guardan recuerdos, memorias. Mediante pinturas de estos sofás en gran formato con diferentes telas como liencillo y yute, se busca esta reinterpretación de ausencia. Son 4 sofás y 2 sillones. Con la intención de verse como sofás reales, algunos serán colocados con su forma tridimensional, y los otros estarán en la pared. Adicional, performance escribiendo en maquina de escribir oensamientos intrusivos sobre la ausencia y colocandolos en los sofás.