La exposición en linea de los proyectos de grado del Pregrado en Arte son un registro del paso de nuestros estudiantes por nuestro pregrado que documenta el trabajo que hacen para obtener el título de Mestro en Arte por la Universidad de los Andes.

Reflejos de un tríptico incorpóreo – Ana Lucia Rivas Ramos

Que extraño es sentir…
Que extraño es mostrar lo que no sientes…
Y es aún más extraño reprimir aquello que siente tan natural…

Que extraño es ser consciente de lo que uno es, lo que lo compone, lo que lo construye, lo que se necesita, lo que se desea, y aún más extraño hacer una obra al respecto. Una obra instalativa que explora la idea del autorretrato no desde su concepto tradicional, sino visto desde las emociones, las sensaciones, y los vínculos que se generan entre objetos simbólicos y las personas que nos impactan. A partir de la pintura, el grabado, y el uso de hilos y de una paleta de color radiante sobre fragmentos de espejos, se pretende hacer una representación de estos tres seres que habitan en la mente y que influyen sobre nuestras relaciones, memorias, y general en nuestra forma de ser y actuar.

Lo extraño y confuso que es sacar del cuerpo y de la mente los deseos, las normas internas y las necesidades primitivas, todo lo que implica sentir, reprimir y moralizar.

 

Textos de los jurados de Tesis

Lorena Espitia

SOBRE REFLEJOS DE UN TRÍPTICO INCORPÓREO DE ANA LUCÍA RIVAS

Reflejos de un tríptico incorpóreo es una serie de reflexiones que hace Ana sobre su vida, sus recuerdos, sus hábitos, sus decisiones y su personalidad. Reconoce sus comportamientos, sus reacciones y su manera de hacer las cosas, decide entonces asignarles una persona, así que finalmente nos presenta a tres Anas, (hay una más que aparece de vez en cuando).

El texto que nos presenta es una introspección profunda y una serie de especulaciones sobre la relación entre su personalidad y su hacer. Ana se expone en este proyecto, muestra sus fisuras, sus partes más frágiles, describe y analiza su experiencia siendo estudiante de arte y el trabajo que significa definir un lenguaje propio con el que se pueda identificar, hace afirmaciones contundentes a manera de manifiesto y habla con resignación sobre todo eso que no puede controlar.

El texto presenta suficiente material para describir la base conceptual de su proyecto, es arriesgada al intentar expresar en distintos formatos su análisis personal, a veces desde la voz de alguna de las protagonistas y otras como una voz “parcial” que desde la distancia analiza. Entre todas estas estructuras aparece el diálogo entre las tres Anas que discuten, y estos fragmentos de discusión se convierten en las partes más valiosas del texto. Por esta razón creo que no solo habría podido dar más importancia al espacio del diálogo, la discusión y la pelea entre sus tres personalidades, sino que habría sido suficiente usarlos para crear una estructura literaria donde cada una se hubiera mostrado de manera más clara.

Al llegar a la sala de exposición, vemos una instalación realizada a partir de fragmentos de lo que pudo parecer un gran vidrio roto dispersos por el espacio, una explosión detenida. Al acercarnos podemos ver que todos estos fragmentos suspendidos están colgados con hilos finos de color cobre que brillan con la luz y nos muestran la ficción de ese estallido que ahora es pasivo, controlado y planeado. Cada uno de los vidrios están trabajados con grabado, con líneas opacas medio invisibles, otros están pintados con óleo en una paleta colorida e intervenidos con hilo de bordado de colores simulando una pincelada post impresionista. Después de ver la instalación varias veces me percaté de que había una selección de fotografías impresas que se camuflaban en el grupo porque estaban retocadas con pinceladas de color, pero contrastaban con las demás por su formato rectangular. Había retratos, objetos, órganos, logos, comida que también estaban conectados por hilos de cobre.

Creo que la obra en general es una obra bien facturada, cuidadosa en los acabados, pero excesiva en los materiales, las técnicas empleadas y los contenidos, (esta tendencia al “nunca es suficiente” es una inclinación a la que Ana Lucía solía recaer durante los procesos de elaboración de los proyectos pasados en clase de pintura experimental, que tuve la fortuna de asesorar y en el que realizó proyectos excelentes). Ahora, debe ser consciente por sí misma de esa tendencia y hacer un ejercicio en seleccionar con más precisión los materiales, la paleta de color, los lenguajes, recursos y contenidos que escoge para comunicar sus ideas y llevarlas a formas más sencillas, equilibradas y concretas.

Es claro que para muchxs estudiantes la tesis significa una gran demostración de sus capacidades y lxs más entusiasmadxs creen que en este gran evento es el momento de darlo todo, que al final como en este caso, se vuelve hacerlo todo. Y es mejor tener mucho que no

tener nada, por eso esta obra es valiosa, por la autoexploración que conlleva, por los riesgos que asume y porque este proyecto es un proceso vital que continuará construyéndose mientras Ana Lucía mantenga sus conversaciones con ellas mismas.

Lorena Espitia

Sebastián Fierro Castro

“Reflejos de un tríptico incorporeo” es el resultado de la estudiante sobre una investigación personal que quiere dar lugar a las emociones que ocurren con la existencia de tres mentes distintas dentro de un mismo cuerpo. Esto se dio usando un enfoque representativo, sobre vidrio fragmentado de maneras que simulaban una fractura de una superficie mayor, fueron pintadas signos figurativos de una experiencia personal. Estos fragmentos suspendían del techo con hilo de cobre y existían hilos, de cobre también, que sugerían la conectividad entre fragmentos forzando a crear un vínculo del arden anecdótico.

El proyecto sufre de híper-aspiración, las ganas de sobre comunicar imposibilita la lectura de lo sencillo. Como resultado el espectador queda expuesto a indagar que tanto quiere explorar el universo personal de la artista. Le sugiero a la artista bajar el volumen de las aspiraciones, recordar que realmente no lo queremos todo como espectadores, que queremos encuentros mínimos pero intensamente significantes, la vida está llena de multiplicidades y no se trata de negar la inreductibilidad de la vida misma, sino de presentar con vivacidad las múltiples relaciones que existen en lo mínimo o sencillo, así lo pequeño se vuelve inmenso e inmensamente significativo. Al presentar estos vínculos como signos conectados con un hilo, se pierde total posibilidad de habitar dicha vivencia pues como espectadores no conocemos las convenciones y lo que representan más allá del acuerdo social de una papaya es una papaya y un violín un violín; se omite la vivencia real del asunto en concreto, la real trascendencia que el suceso tuvo para la persona queda inaccesible para quien se acerca a la obra y esto es algo triste por que realmente si existe el deseo de concertar experiencias . De ahí es posible que la artista ya intuya los límites de la representación y preguntarse si otro enfoque es posible. Se le sugiere continuar desarrollando este proyecto con un enfoque presentativo o performativo para lo cual es vital el estudio del cuerpo como lugar de pregunta y expresión, esto no significa que deba dejar de lado la pintura, significa que la pintura puede ser el lugar donde estás 3 mentes se vuelven cuerpo, pero para que esto suceda es vital estudiar las conductas y actitudes que nuestro cuerpo asume por la suposición de que la mente rige sobre el cuerpo. Se le sugiere a la artista dudar de esto con fuerza, hay real sorpresa cuando se da el lugar de poner en pregunta toda creencia que tenga ya por sentada, se es muy joven para radicalismos y se espera que el proceso de creación haya llevado a la artista a auto evaluar sus convicciones sobre lo que se quiere y sobre los que se necesita.

Para concluir hago también la invitación de explorar la escritura como un lugar de creación e investigación, concuerdo con Lorena cuando dice que el texto fue más interesante cuando

se jugó al diálogo entre estas tres mentes, me pregunto entonces cómo sería narrar los vínculos, las historias importantes para la persona, usando este enfoque “tri participativo”, y usar este material como lugar para explorar lo presentativo o performativo que mencionaba antes.

Le recomiendo a la artista leer “En el principio era el afecto” de Suely Rolnik .

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