El pretérito imperfecto evoca un tiempo pasado sin definir su principio ni su fin.
El pretérito imperfecto es donde quiero vivir.
Soy nostálgica antes de tiempo. Ya estoy extrañando la frase escrita aquí.
La cercanía de otro punto final me ha forrado en una añoranza enfermiza de devolverme a sentir. La pierna me tiembla, me indica pararme, pero la ruta hacia el ayer no se ha empezado ni a construir. Sólo me resta escribir. Reescribir. Y así, ojalá, revivir.
Pretérito imperfecto es una experimentación escritural y editorial de la nostalgia (el dolor del regreso). Honro lo que se fue y lo que no quiero que se vaya. Es este un esfuerzo letra a letra de conservar lo que más pueda lo que me rodea. Tal vez así, retrase su partida.
A ver, a ver, debo curarme del mal de la melancolía. Es esta la oportunidad. Recordar no puede seguir siendo doloroso. Recordar puede ser caluroso.
Recordar puede ser Arte.