“Memorias entre animales” es una investigación que nace de mi vida compartida con Trufa, Legolas y Lima. No llegué a ellos buscando un proyecto; fue la relación con sus cuerpos, sus miradas y sus maneras de habitar el mundo lo que me llevó a hacer preguntas. Vivir con ellos me enseña a estar más lento, a observar sin expectativas, a reconocer que la memoria también se guarda en la piel, en los movimientos repetidos, en las pequeñas rutinas que compartimos.
A través del tejido, el performance, el video y la fotografía intento traducir esos momentos donde algo sucede sin palabras: una confianza que crece, un gesto que se repite, un silencio que guarda historia. Mi práctica se vuelve entonces una forma de cuidar, de registrar con el cuerpo, de dejarme afectar.
En mi práctica encuentro formas de estar con ellos sin imponer traducciones humanas: acciones que nacen de la cercanía, la paciencia y la escucha corporal. Más que representar nuestra convivencia, trabajo desde ella, dejándome afectar por sus tiempos y movimientos. La memoria aquí no es un concepto, sino una experiencia compartida: se construye con el ritmo de lo cotidiano, con gestos que se repiten y con la presencia silenciosa que perdura. Investigar no significa tomar distancia, sino acompañar, participar y reconocer que también soy transformada por ellos.
